miércoles

Aprendices

El joven pintor que no aprendió a ser artista hasta que se inspiró en el tacto en lugar de la vista, murió de sobredosis de pasión poco después de descubrir que nunca amaría tanto sus pinturas como al modelo que dibujaban. Este fallecimiento, que fue más emocional que físico, fue mucho más doloroso que una muerte real, pues el que muere deja, por definición, de sentir y padecer, mientras que el joven artista, aprendiz de pintor, nunca dejó de sufrir.

El joven modelo, aprendiz de amante, suspendió las lecciones de amor por ser incapaz de padecerlo. Murió de indolencia una tarde en que descubrió que destrozar el corazón de pintores ya ni siquiera le distraía. Su muerte, en cambio, no fue atormentada, pues era ya insensible desde que aprendió que el amor era cosa de artistas.

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