martes

Imaginado

Hacía más de un año y medio que habían roto cualquier tipo de relación, y durante todo ese tiempo habían alimentado un rencor que, lejos de aminorar, se había agrandado y enquistado cada vez más. En cientos de ocasiones cada uno de ellos había imaginado una y otra vez el posible reencuentro; en una fiesta de conocidos comunes, en un bar, o en la calle por casualidad. Y en cada ocasión se imaginaban desahogándose, reprochando al otro todo lo que quedó por decir. En la mente de cada uno, planeaban dramáticas escenas en las que se ignoraban, se humillaban, se insultaban, se despreciaban.

Finalmente una noche se encontraron, tan inesperadamente, tan de frente, tan de cerca, que era difícil reaccionar. Si al menos uno de ellos hubiera estado tan preparado como creía, las cosas habrían sucedido de forma totalmente distinta. Pero en ese instante, mientras sus cerebros buscaban desesperadamente cuál era la versión ensayada más apropiada, sus ojos se encontraron, y eran tan transparentes, y estaban momentáneamente tan libres de resentimiento, que instintivamente sus bocas les siguieron y antes de pronunciar palabra sus lenguas se enredaban una a la otra en un beso más apasionado de lo que nunca hubieran imaginado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales